Códigos QR en marketing: cómo utilizarlos para atraer clientes y aumentar las ventas

Códigos QR en marketing: cómo utilizarlos para atraer clientes y aumentar las ventas

Los códigos QR se han convertido en una parte integral del marketing moderno, tanto en la comunicación offline como online. Cada vez se ven más en envases de productos, publicidad exterior, cafeterías, eventos o incluso en mensajes SMS. ¿Pero cómo funcionan exactamente en las campañas de marketing? ¿Qué datos se pueden recopilar después de escanearlos? ¿Y qué se debe tener en cuenta para que el código realmente aporte valor y no sea solo un elemento decorativo?

En este artículo analizamos por qué los códigos QR son efectivos en el marketing, dónde dan los mejores resultados, cómo evitar errores comunes y qué métricas conviene seguir para evaluar una campaña. También mostraremos cómo diseñar correctamente el código para que no solo sea escaneable, sino que también inspire confianza.

Si recién empiezas a explorar las posibilidades del marketing con QR — este artículo te dará una visión completa del enfoque, las herramientas y ejemplos de uso. Y si ya trabajas con estos códigos — encontrarás formas de mejorar la eficacia de tus campañas.

Diversos soportes de marketing con códigos QR: folletos, envases, carteles
Ejemplos de soportes offline donde los códigos QR se emplean en marketing

¿Por qué los marketers utilizan códigos QR?

Para muchos marketers, los códigos QR son una forma de convertir el contacto físico con la marca en una interacción digital. Por eso se están volviendo tan populares en publicidad exterior, envases, materiales POS, catálogos impresos o incluso en televisión.

Lo que hace que un código QR sea una herramienta de marketing eficaz:

  • Transición instantánea a la acción deseada: abrir una página de promoción, un formulario o un vídeo sin escribir ninguna dirección;
  • La posibilidad de modificar el contenido sin reeditar los materiales: es una característica de los códigos QR dinámicos;
  • Analítica completa de la interacción: número de escaneos, ubicación, tipo de dispositivos, etiquetas UTM y integración con Google Analytics;
  • Flexibilidad en el diseño: branding, colores, marcos, logotipos — todo esto influye en la confianza y la conversión (ejemplo de diseño);
  • Bajo umbral de entrada: no se necesitan apps, registros o contraseñas — solo la cámara del smartphone.

El uso de códigos QR permite a una marca dejar un "puente" entre el contacto offline y las acciones posteriores — suscripción, compra o relleno de formulario. Es especialmente relevante para pymes, tiendas físicas y eventos locales, donde cada punto de contacto es valioso.

¿Dónde funcionan mejor los códigos QR?

Los códigos QR son más eficaces en aquellos puntos de interacción donde el contacto entre la marca y el usuario es breve, pero motivado. Imaginemos un volante en un evento, un envase de producto o un recibo en una tienda: en todos estos casos, la persona ya tiene interés o al menos presta atención al soporte. Si en ese momento puede acceder rápidamente a información adicional o ventajas, el código QR no solo funciona como un elemento técnico, sino como un detonante para la acción.

🔹 Por ejemplo, en publicidad impresa —catálogos, folletos, dípticos—, el código permite acortar el camino a la landing page, donde el usuario puede ver productos, rellenar un formulario o ver un video. Sin embargo, para que esto funcione, conviene evitar el típico “QR aquí”: es mejor explicar claramente qué obtendrá el usuario tras escanearlo. Esta lógica, y no tanto el código en sí, es la que influye en el número de conversiones.

🔹 El envase de productos es otro punto de contacto poderoso. Mientras el cliente sostiene el producto, puede obtener un enlace a un video tutorial, condiciones de una promoción o verificación de autenticidad. Aquí el código QR no “publicita”, sino que refuerza la confianza. Por ejemplo, las marcas de cosmética añaden un QR que lleva a una página con la composición, certificados y consejos de uso, lo que resulta mucho más efectivo que un simple texto impreso.

🔹 En puntos de venta —como la caja o el mostrador—, el código QR puede incentivar la acción justo cuando la predisposición emocional es mayor. Aquí es adecuado ofrecer un descuento para la próxima compra, registro en el programa de fidelidad o una reseña rápida. Si el código está diseñado al estilo de la marca y con una explicación clara, escanearlo no parece “otra tarea más”, sino todo lo contrario, una facilidad.

🔹 En establecimientos y espacios públicos, los códigos QR cada vez reemplazan más los menús impresos, instrucciones y folletos. En las cafeterías se colocan sobre las mesas: el cliente los escanea y ve el menú actualizado. En salones de belleza —un formulario de cita o lista de servicios. En escaparates —descuentos para quienes escanean al pasar. Todos estos escenarios funcionan porque el QR es un canal de conveniencia, no solo un elemento publicitario.

🔹 En eventos y congresos, los códigos QR muestran su máximo valor. Por ejemplo, los organizadores de conferencias los usan para registros, acceso al programa o descarga de materiales. Así se reduce la impresión y se mantiene la información actualizada e interactiva. Si tras el evento queda el código en una diapositiva o acreditación con opción de dejar feedback —se convierte en un verdadero punto de análisis e interacción.

Cabe destacar que, en todos los escenarios, los códigos QR funcionan solo si hay un diseño correcto, ubicación y explicación de la acción. Lo ideal es usar códigos QR dinámicos con posibilidad de cambiar el enlace, añadir branding y recopilar análisis: así la campaña es controlable y no un esfuerzo único.

¿Cómo crear un código QR eficaz para marketing?

Un código QR efectivo no es solo una imagen generada con un enlace. Es parte de la comunicación de marketing que debe cumplir una función concreta: incentivar la acción, aumentar la confianza, ayudar a rastrear el resultado. Para que el código realmente funcione, es importante considerar ciertos principios, desde los técnicos hasta los visuales.

Ante todo, hay que definir el objetivo de la acción. Si quieres que el usuario rellene un formulario, abra un menú, deje feedback o se entere de una promoción, esto debe estar claro antes incluso de que apunte la cámara. Añade junto al código QR un texto breve que explique el beneficio: no “Escanéame”, sino, por ejemplo, “Recibe un 10% de descuento en tu próxima compra” o “Abre el menú sin contacto”. El llamado a la acción no es decoración, sino la clave de la conversión.

Lo siguiente es el aspecto visual. Los códigos blancos y negros estándar ya no llaman la atención. La gente solo escanea si ve algo familiar o atractivo. Por eso, el diseño personalizado sí influye: colores de la empresa, logotipo, marcos elegantes, incluso formas únicas de los puntos, todo esto indica que el código es “tuyo”. Si usas branding, es importante mantener el contraste y la legibilidad. El exceso de creatividad puede ser contraproducente: un código con fondo transparente o degradado puede no leerse, especialmente en superficies complejas. Por eso siempre prueba antes de imprimir en distintos dispositivos, condiciones de luz y superficies.

Otro aspecto importante es usar un código QR dinámico. Es un código en el que se puede cambiar el enlace incluso después de imprimirlo. Es útil en campañas donde algo puede cambiar: por ejemplo, si termina una promoción o quieres probar otra landing. Los códigos dinámicos también permiten acceder a estadísticas: cantidad de escaneos, dispositivos, hora, país, todo ayuda a ver cuán eficaz es cada soporte. Verás, por ejemplo, que los folletos en un sitio generan más visitas que en otro, o que el QR funciona mejor en móvil que en escritorio, para corregir la campaña en tiempo real.

Por último, la calidad técnica. Puede parecer trivial, pero muchos códigos fallan porque se colocan demasiado pequeños, en superficies curvas o con poco contraste. El tamaño mínimo para imprimir es 3x3 cm, mejor algo más. El fondo debe ser uniforme y sin elementos que tapen el código. Y siempre revisa: a veces el diseñador lo coloca al final, y cuando ya está todo impreso, resulta ilegible.

Si todo está bien hecho, el usuario no ve “otro código más”, sino una invitación a interactuar que cumple una función de marketing concreta. Así, el código QR es parte de la estrategia y no solo un elemento gráfico.

Cómo ganan dinero los negocios con códigos QR: ejemplos reales

Restaurante: más reseñas, mejor visibilidad en Google

Uno de los escenarios más sencillos pero eficaces es colocar un código QR con página de reseñas en la mesa o en la cuenta. En un pequeño restaurante, los dueños añadieron un código en el recibo con la frase “Deja tu reseña — nos ayuda a mejorar”. Tras cada pedido, el cliente podía escanear el código e ir a Google Maps o a un formulario de valoración.

Esta solución no requirió sistemas adicionales ni interfaces, pero permitió aumentar la retroalimentación de quienes antes nunca opinaban. El perfil del local lucía más activo y completo, lo que aumentó la confianza de los nuevos clientes.

Tienda de ropa: aumento del tráfico online gracias a una promoción offline

En una tienda minorista decidieron combinar una promo offline con interacción digital. En las etiquetas de los productos y en el local colocaron un QR con código promocional y el aviso “Escanea — consigue un descuento”. Accedías a una página con condiciones para usarlo en la tienda online.

Algunos clientes interactuaban con el código sin ayuda del personal, guardaban el cupón y finalizaban la compra por internet. Así, el contacto offline se convertía en una acción digital, y la marca seguía presente tras la visita.

Empresa de eventos: menos gastos de impresión, más interacción

Los organizadores de una conferencia eliminaron los programas impresos y usaron un QR dinámico en acreditaciones, stands y diapositivas. Al escanearlo, se mostraba el programa actualizado, que podía modificarse en tiempo real.

Participantes de la conferencia escanean códigos QR en acreditaciones y stands
Ejemplo del uso de códigos QR en eventos y exposiciones

Este enfoque permitió reducir costes y aumentar la comodidad de los participantes. Además, las analíticas de escaneos ayudaron a saber qué sesiones o recursos despertaban más interés.

Servicios: feedback tras el servicio mediante QR

En el sector servicios, uno de los técnicos entregaba una tarjeta con QR hacia un formulario de valoración. El texto era simple: “Valora nuestro servicio”, y la página permitía dejar puntuación y comentario.

Así lograron recoger feedback sin recordatorios, recibir información sobre la calidad y responder en tiempo real. Mínima acción, máximo beneficio.

Salón físico: cita mediante QR en el escaparate

Un salón de belleza puso un código QR en el escaparate con el texto “Reserva online en el horario que prefieras”. El enlace llevaba a una página con botón para agendar por mensajero o calendario.

Funcionaba como canal de reserva 24/7, incluso cuando el local estaba cerrado. Un mecanismo simple, sin llamadas ni registros, que hizo el servicio accesible para quienes prefieren actuar sobre la marcha.

Errores típicos al usar códigos QR

A pesar de su aparente simplicidad, los códigos QR en el marketing a menudo se utilizan de manera ineficiente, no por limitaciones técnicas, sino por una planificación descuidada o por no comprender la lógica de interacción con el usuario. A continuación, repasamos los errores más comunes que reducen la conversión o hacen que el código sea completamente inútil.

El primero es la falta de una llamada a la acción clara. Simplemente colocar el código QR en el diseño y esperar que la gente lo escanee “porque sí” es ingenuo. El usuario debe ver de inmediato por qué escanearlo: obtener un descuento, ver un vídeo, registrarse, etc. Si no hay una explicación clara, incluso un código bien ubicado y técnicamente correcto no provocará ninguna acción.

El segundo error es un diseño de difícil lectura. Por ejemplo, el código está impreso sobre un fondo con patrones, con contraste mínimo, o tiene una parte transparente que la cámara no puede reconocer. A menudo esto es el resultado del deseo de hacerlo “con estilo”, pero sin pruebas prácticas. Como resultado, el código no se lee y toda la campaña pierde sentido. Si utilizas un diseño QR personalizado, es importante encontrar el equilibrio entre atractivo visual y calidad técnica.

El tercer riesgo es utilizar códigos estáticos en escenarios cambiantes. Por ejemplo, imprimes una tirada de flyers con un QR que lleva a una página de una promoción que dura una semana. Cuando finaliza, el código queda inservible. En tal caso, es mejor usar un código QR dinámico donde se pueda actualizar el enlace sin volver a imprimir el material. Esto es especialmente importante para campañas a largo plazo o soportes offline difíciles de recoger.

Otro error común es la falta de analítica. Si no sabes cuántas veces fue escaneado el código, desde qué dispositivos y en qué momento, pierdes datos clave para evaluar la efectividad. Sin esto, es imposible sacar conclusiones, escalar o corregir la campaña. La solución es simple: utiliza un servicio de QR que soporte recopilación de estadísticas o integración con Google Analytics o CRM.

Por último, uno de los errores más simples pero críticos es la mala ubicación del código. Si el QR está demasiado alto, en una superficie curvada, en un lugar oscuro o cubierto por otro elemento de diseño, el usuario físicamente no puede escanearlo. Esto ocurre a menudo en publicidad exterior o envases. La única forma de evitar esto es con pruebas: verifica el código desde varios ángulos, con diferentes dispositivos, en condiciones reales antes de lanzar la campaña.

Todos estos errores tienen una raíz común: la falta de atención a los detalles y la expectativa de que el QR “funciona solo”. En realidad, solo funciona como parte de un sistema: con motivación, accesibilidad, diseño y capacidad de medición. Y es en esta forma que debe implementarse en campañas de marketing.

¿Y qué pasa con la analítica?

Una de las principales razones por las que los códigos QR se han convertido en parte de las estrategias de marketing es su capacidad para proporcionar datos claros y medibles. A diferencia de la publicidad impresa o las tarjetas de visita, donde no puedes saber exactamente cuántas personas siguieron el enlace, el código QR da acceso a métricas concretas en tiempo real.

Panel analítico con datos de escaneos de códigos QR
Analítica de códigos QR: geografía, dispositivos, horario y comportamiento

Por ejemplo, si colocas un código en un folleto puedes ver exactamente cuándo se escaneó: por la mañana, después del trabajo o en fin de semana. También ves cuántas personas lo usaron, de qué ciudades o países, y con qué dispositivos – teléfonos, tabletas, sistemas operativos. No es solo “estadística interesante”; estos datos te permiten entender si realmente la campaña funciona y cómo mejorarla.

Imagina: colocas un código en un periódico y otro en un escaparate. Gracias a la analítica ves cuál genera más tráfico. Puedes descubrir que la gente escanea más el código en la cafetería que en el transporte público, y con base en esto ajustar la ubicación o el mensaje. Esto convierte al código QR de una simple imagen en un canal para la toma de decisiones.

Si usas códigos dinámicos, tienes aún más flexibilidad. No solo ves cómo funciona el código: puedes cambiar su contenido. Por ejemplo, probar dos landing pages diferentes, actualizar una promoción tras finalizar o adaptar el mensaje a una nueva audiencia. Al mismo tiempo, el código en el soporte físico queda igual; todo sucede “tras bambalinas”.

En servicios como FbFast la analítica está integrada en cada código dinámico. Obtienes no solo cifras generales, sino insights estructurados: qué páginas se abren más, a qué hora hay más actividad, cuántos visitantes únicos hubo. Si además añades integración con UTM o un CRM, ves el trayecto completo del usuario, desde el escaneo hasta la acción.

Para quienes recién comienzan a trabajar con QR en marketing, la analítica puede parecer secundaria. Pero es ella la que diferencia una “campaña a ciegas” de una que se escala y da resultados. Así que, incluso si tienes un solo código, asegúrate de que funcione como herramienta y no como decoración.

Código QR en una vitrina de tienda con mensaje de descuento
Uso de códigos QR en puntos físicos de venta

Conclusión

Los códigos QR son más que solo una tecnología de redirección. En el contexto de marketing se convierten en un canal de interacción con la audiencia cómodo y controlable que funciona en el punto de contacto: en impresos, en el empaque, en una sala o en un evento. Son fáciles de implementar, pero para conseguir un efecto real es necesario pensar estratégicamente: cómo exactamente el código encaja en el recorrido del usuario, qué debe hacer y cómo vas a medir el resultado.

Para quienes recién exploran el tema, el QR es un buen punto de entrada al mundo del marketing medible. Incluso un solo código dinámico creado para una tarea concreta puede brindar más información que una gran campaña sin analítica. Y si se aborda de manera consciente, con un mensaje claro, un diseño adecuado y una lógica de acción sencilla, pronto verás dónde están tus clientes, cómo interactúan y qué funciona mejor.

Si estás listo para dar el primer paso — crea un código QR dinámico, añade una llamada a la acción y prueba varias opciones. No requiere una infraestructura compleja, pero te permitirá convertir tu idea en acción de inmediato, con un resultado medible.