
Cómo utilizar los códigos QR en la publicidad offline: folletos, vallas publicitarias, envases
Hace unos años, la publicidad impresa —folletos, vallas, envases— era puramente visual. No podía ofrecer feedback, no rastreaba nada y, sinceramente, a menudo se perdía entre el ruido general. Pero hoy todo es diferente.
Ahora, cada material impreso puede convertirse en una puerta digital. ¿Cómo? Gracias a los códigos QR. Un solo escaneo —y la persona ya está en tu web, formulario de contacto, TikTok o incluso en tu CRM.
El código QR no es solo una imagen de cuadrados. Es una herramienta que une el offline y el online, la analítica y la acción, la rapidez y la comodidad.
En este artículo mostramos cómo marcas, minoristas, cafeterías, organizadores de eventos e incluso tiendas locales utilizan los códigos QR en la publicidad impresa. Y lo más importante —cómo hacerlo de manera efectiva: sin errores, con analítica y creatividad.
Si buscas una forma de aumentar el retorno de folletos, escaparates o embalajes —aquí encontrarás exactamente lo que necesitas.
¿Qué hace eficaz a un código QR en el mundo offline?
La publicidad online tiene una ventaja: es clicable. Un toque —y ya estás en la página, formulario o carrito. Pero ¿qué pasa con el offline? Una persona ve tu publicidad en un folleto, valla o envase, pero para hacer algo debe... ¿escribir la dirección manualmente? ¿Recordar la marca? ¿Buscar en Instagram?
Aquí es donde aparece el código QR como puente. No sustituye la publicidad, la hace interactiva. Un escaneo —y la persona ya está donde tú quieres: en la web, en el chat, en la app.
Pero la eficacia no está solo en la comodidad. El código QR elimina la barrera invisible: entre “vio” y “hizo”. En el metro, la calle, junto a la caja —la gente no tiene tiempo de escribir direcciones. Pero pueden escanear algo interesante al instante.
Además, no se trata solo de acceso, sino también de medición. Cada código QR es también un punto de analítica: ves cuántos reaccionaron al folleto, de qué ciudades escanearon el código del envase, cuándo hubo más visitas desde la valla.
Y lo más importante: el código QR no tiene una “acción accidental”. La persona apunta la cámara de forma consciente. Es un clic con intención. Y la intención ya es parte del embudo.
Por eso, un QR eficaz no es solo tecnología. Es la combinación de contexto, acción y datos —en la forma más simple posible.

Por qué los códigos QR se han convertido en la piedra angular de la publicidad impresa
Un cartel que permanece en silencio. Un volante que queda en el bolsillo. Una etiqueta por la que simplemente se pasa de largo. ¿Cuántas veces su publicidad impresa ha trabajado en vano? Y no porque el diseño o el eslogan sean malos. Sino porque es un canal unidireccional.
Esta es la mayor limitación del mundo offline. Usted muestra algo, pero no sabe si alguien lo ha visto o ha hecho algo con ello. Sólo puede suponer: "Probablemente alguien respondió." Pero sin datos, todo es intuición.
Por eso, la aparición de los códigos QR no sólo fue una comodidad, sino un avance estratégico. Aportan a la impresión lo que más le falta: interacción. Escanear es una acción. Y la acción trae analítica.
Imagine que cada volante no es sólo un trozo de papel, sino un portal. Una persona en la calle ve un descuento, escanea y ya está en su landing. En el metro, un pasajero ve el QR en la puerta, lo escanea y lee el menú. Un comprador en casa toma el paquete y, sin escribir una dirección, accede a un vídeo instructivo.
Pero lo más importante no es solo la comodidad (aunque realmente lo es). Es que ahora usted ve: cuántos escaneos hubo, dónde, de qué ciudades, de qué dispositivos. Puede medir el resultado. Esto es lo que la publicidad impresa no podía hacer antes.
Y hay otra cosa. Muchos aún piensan: bueno, se imprimieron los volantes y listo, no hay vuelta atrás. Pero con un QR dinámico, sí la hay. Puede cambiar el enlace incluso después de haber distribuido los volantes. Cambiar de una landing a una promoción, de un manual PDF a un vídeo, de un formulario a Instagram. Sin reimprimir.
Por eso hoy una pieza publicitaria sin QR es como un cartel sin firma. Simplemente no funciona como podría. No genera acción, no deja huella, no indica el camino.
Dónde colocar códigos QR — y cómo hacerlo correctamente
Cuando hablamos de "QR en impresión", normalmente imaginamos un volante clásico con descuento o una valla publicitaria con un llamado a la acción. Pero la gama de soportes es mucho más amplia: desde etiquetas en botellas hasta tickets en la caja. Y cada uno tiene su lógica: distintas distancias, diferentes escenarios, distintas expectativas del usuario.
Empecemos por lo más obvio — volantes y postales. Aquí la interacción es cercana, por lo que el código puede ser pequeño pero debe ser visible. Lo ideal es colocarlo en la parte inferior, cerca del centro, donde la mirada suele detenerse al final de la lectura. No olvide añadir una breve explicación: “Escanea y recibe un regalo” o “Descuento en el interior”. Sin eso, incluso el QR más bonito pasará desapercibido.
Después, el empaque. Aquí el código complementa el producto. Puede dirigir a instrucciones, vídeos, un programa de bonificación o concurso. Lo principal es colocarlo junto a la etiqueta principal, en un lugar visible. El comprador normalmente mira ahí. Si el producto se sostiene con las manos — es su oportunidad de añadir un poco de digital directamente al soporte físico 📦

Vallas publicitarias y marquesinas — es otro nivel. La persona puede estar en movimiento o a distancia. Por eso, el código debe ser lo suficientemente grande, con buen contraste y, de ser posible, un claro llamado a la acción: “Escanea y recibe un código promocional”. No confíe en la intuición del transeúnte. Incluso en una gran ciudad, es mejor probar el escaneo a 3–5 metros antes de lanzar la campaña.

Zonas POS en tiendas — el lugar ideal para un QR. Aquí el cliente se detiene, tiene las manos libres y algo de tiempo. Coloque el código en la etiqueta de precio, un expositor o soporte publicitario — y lleve a la persona directamente a la página de aterrizaje, al formulario de email o incluso a un evento.

Y las fachadas casi siempre son una oportunidad de contacto fuera del horario. Un código en un escaparate permite acceder a información incluso cuando la tienda está cerrada. ¿Menú? ¿Catálogo? ¿Dejar una solicitud? Por supuesto. Sólo no olvide la iluminación y que esté a la altura adecuada — entre los ojos y la cintura.
Y, por supuesto, formatos menos obvios: metro, transporte, tickets, muestras. En el metro — tiempo y manos libres. En el ticket — justo después de la compra. En la muestra — curiosidad. El QR en estos lugares debe tener un propósito claro y una explicación de por qué escanearlo.
Todos estos formatos son distintos, pero el principio es uno: si el QR se escanea fácil, es comprensible y lleva a algo útil — funciona. Si no, es solo un cuadrado decorativo.
Ejemplos reales: cómo las marcas y los pequeños negocios usan QR en offline
A veces, el mejor argumento es el ejemplo. A continuación varias situaciones reales que muestran cómo los QR funcionan en la publicidad impresa: en ciudades, tiendas, eventos. Sin teoría — sólo práctica.
🎓 Educación: QR en el stand de una universidad
Una universidad ucraniana colocó un QR en la pancarta junto a la oficina de admisiones con el texto: “Escanea y conoce el programa de intercambio”. Al escanearlo, se abría una página con condiciones, plazos y formulario de solicitud. Los estudiantes lo usaban activamente: incluso en conversaciones con administración preguntaban si podían solicitar en línea.
🧴 FMCG: QR en una muestra de crema
En el supermercado regalaban muestras de crema de manos. En una pequeña etiqueta había un QR: “Mira la reseña en vídeo”. El código dirigía a una landing con un vídeo corto y el botón “Comprar con descuento”. Este enfoque transmitía modernidad y generaba confianza, especialmente entre los jóvenes.
🏪 Retail: QR en la etiqueta de una tienda
Una tienda de electrónicos probó QR en los stands de los productos. Cada código llevaba a la ficha del producto, con descripción, vídeo y botón “Consultar”. Así los clientes podían obtener más información sin ayuda — ideal en días muy concurridos.
📣 Servicio local: valla con QR para reservas online
Una peluquería del centro decidió facilitar las reservas. En una gran valla — foto del local, nombre, y un QR en la esquina con la leyenda: “Escanea y reserva online”. El código llevaba a un Google Form. Los dueños notaron que cada vez más clientes reservaban sus citas mediante ese formulario.

🎁 B2B: QR en el folleto de una feria
Una empresa de IT, en una feria del sector, añadió un QR en sus folletos impresos. Llevaba al portafolio: sitios web, productos, testimonios. Los visitantes no tenían que escribir la dirección o buscar información adicional — todo estaba en el móvil en segundos. Los gerentes dijeron que esto facilitó la conversación con posibles clientes.
Todos estos ejemplos son diferentes. En presupuesto, escala, objetivos. Pero tienen algo en común: el QR es el punto de entrada a la interacción digital. Sencillo en apariencia, pero estratégicamente preciso.
Si quiere lograr algo similar, pruebe el generador de códigos QR para webs o QR para eventos — y cree un enlace activo hoy mismo.
¿QR estático o dinámico? ¿Cuál es el adecuado para ti?
Esta es una de las preguntas más frecuentes, especialmente cuando se trata de publicidad impresa. A simple vista ambos códigos parecen iguales, pero funcionalmente son completamente diferentes.
QR estático: lo creas una vez y lo imprimes. Lleva directamente a la dirección indicada, no requiere servicios en línea, siempre funciona. Pero – no permite cambiar el enlace ni ver estadísticas. Adecuado para tareas sencillas: instrucciones, Wi-Fi, tarjetas de visita, donde nada cambia.
QR dinámico: es ya una herramienta. Puedes cambiar la página de destino incluso después de imprimir, añadir etiquetas UTM, ver analítica, limitar el acceso por tiempo o por geolocalización. Es indispensable para campañas donde se necesita flexibilidad y control.
En resumen: estático — cuando es más simple, dinámico — cuando es estratégico. Y sí, ambos puedes generarlos en FbFast en solo unos clics.
🔎 ¿Quieres profundizar en el tema? Hemos analizado todas las ventajas, desventajas y escenarios en una guía completa: “¿QR estático o dinámico: cuál elegir y por qué?”.
Cómo crear un código QR que funcione y no arruine tu publicidad
Hacer un QR toma medio minuto. Pero hacer ese QR que se escanea bien, se ve bien y sigue funcionando incluso meses después de imprimirlo — es un poco más complicado. Aquí es donde los detalles marcan la diferencia.
Tamaño. Es lo primero que se olvida. El QR no es un ícono decorativo. Si está impreso más pequeño de 2,5×2,5 cm, la posibilidad de que alguien lo escanee con éxito es mínima. Y en una valla publicitaria o un cartel — debe tener el tamaño suficiente para que la cámara “vea” el código desde 2–3 metros. Simplemente haz una prueba antes de imprimir. Sí, literalmente: imprime y apunta la cámara.
Contraste. No todos los códigos QR se leen igual de bien. Si haces un código moderno morado sobre fondo rosa — lo has adivinado: ninguna cámara lo verá. Lo estándar es código oscuro sobre fondo claro. Mínimo adorno. Máxima legibilidad.
Explicación. Las personas escanean cuando entienden para qué. Por eso una frase junto al código es esencial. No “código QR”, sino “Escanea y recibe un 10% de descuento” o “Accede al catálogo”. Es como un tip: “Esto pasa si escaneas”.
Branding. Un buen QR no tiene que ser blanco y negro. Puedes añadir el logo, colores corporativos, cambiar la forma de los puntos o el marco. Así parece parte de la identidad, no un elemento ajeno. Pero de nuevo: sin excesos. Si buscas inspiración — aquí tienes ejemplos de códigos QR personalizados.
Dinámico. Ya lo mencionamos antes, pero lo repetimos: el código dinámico es un seguro. Incluso si te equivocas con el enlace, puedes cambiarlo sin reimprimir. Y si trabajas con varios canales — puedes crear variaciones con UTM y ver cuál funciona mejor.
Y por último — prueba siempre. Antes de enviar a imprenta, dale “vida” al código: imprímelo, escanéalo, mira cómo se ve a la luz. Es un minuto que puede ahorrarte miles en reimpresión.
Qué no hacer: errores típicos con códigos QR en impresos
Incluso la mejor idea puede “fallar” si el QR no funciona. Literalmente — no se lee, no lleva a donde debe o parece algo ajeno al diseño. En materiales impresos esto duele especialmente: imprimir — significa sin retorno.
Aquí algunos errores que ocurren con mayor frecuencia (y que son fáciles de evitar si los conoces):
- Tamaño demasiado pequeño — el código en una tarjeta quizás se lea, pero si un QR en una valla es menor que la palma de la mano, las posibilidades son nulas.
- Mala combinación de colores/contraste — un código claro sobre fondo claro se ve bonito, pero las cámaras no lo “ven”.
- Sin explicación — un código sin aclaración se percibe como adorno. Las personas no escanean “a ciegas”.
- Ubicación en esquina, tras cristal, en doblez — ni el mejor código se salva si es difícil apuntar la cámara.
- Sin prueba — lo más común: se hizo, se colocó, se mandó a imprimir. Y recién después alguien descubre que el código lleva a un 404.
Analizamos estas situaciones en detalle — con ejemplos, casos y consejos — en un artículo aparte: «Errores más comunes al crear códigos QR y cómo evitarlos». Si trabajas con maquetas o envías algo a imprimir — revísalo sí o sí.
Cómo rastrear la efectividad de los códigos QR en impresos: sin suposiciones ni adivinanzas
Repartiste 500 folletos. Imprimiste una valla publicitaria. Añadiste un código QR a la caja. Y… ¿qué sigue? ¿Alguien lo escaneó? ¿Alguien visitó el sitio? ¿Funcionó la publicidad? Sin analítica, nunca lo sabrás — solo suposiciones.
Aquí es donde entran las etiquetas UTM. Son parámetros especiales que se añaden al enlace y permiten rastrear exactamente de dónde llega el usuario. Por ejemplo:
https://fbfast.io/?utm_source=flyer&utm_medium=print&utm_campaign=spring_sale
Un enlace así te permite ver en la analítica que esa visita vino de un folleto, precisamente del impreso, y dentro de la campaña de primavera. Para una valla o un empaque solo cambias el utm_source
— y tienes una rama separada para cada canal.
Esto es especialmente cómodo si usas un código QR dinámico: puedes cambiar los parámetros UTM incluso después de imprimir, sin crear un nuevo código. Y si además integras esto con la analítica de códigos QR — tendrás el panorama completo: cantidad de escaneos, ubicaciones, dispositivos, unicidad.
Las etiquetas UTM son el idioma con el que tu QR “cuenta” de dónde llegó el cliente. Y es justo lo que permite medir la efectividad real de la publicidad impresa.
Qué puedes rastrear con los códigos QR en la plataforma FbFast
Cuando decimos que los códigos QR ofrecen analítica, no solo nos referimos al número de escaneos. Es todo un mapa de interacción: cuándo, dónde, desde qué dispositivo, cuántas veces e incluso — si es la primera vez o una visita recurrente. Y sí, todo esto lo tienes disponible en formato cómodo directamente en tu cuenta de FbFast.
Ejemplos de datos que puedes ver en tiempo real:
- 📈 Número de escaneos: total y por cada código individualmente.
- 🌍 Geografía: país, ciudad, incluso región — importante para marketing local.
- 📱 Tipos de dispositivos: iOS, Android, escritorio — te ayuda a conocer a tu audiencia.
- 🕒 Momento de la interacción: por días, horas y períodos pico — ideal para optimizar el timing de las campañas.
- 🔁 Unicidad: seguimiento de nuevas y repetidas interacciones (qué tanto engancha el contenido).
Y lo importante — estos datos no “quedan en el aire”. Puedes compararlos con otros canales, integrarlos con Google Analytics o tu CRM, y ver exactamente qué códigos “llevan” al usuario a la conversión.
Por ejemplo: realizas una promoción simultáneamente en tiendas físicas y publicidad online. Cada QR tiene su propio UTM. A la semana ves: la valla en el centro trajo menos visitas que el stand en la entrada de la tienda. Ya sabes dónde invertir después.
El QR no es solo un puente, también es un contador. Y FbFast te permite leer ese contador.
Si quieres probar la analítica en acción — crea un QR dinámico con UTM y observa cómo tu publicidad offline “cobra vida” en cifras.